Sigue dejando que tu sonrisa ilumine el mundo, al menos el mio.

Sigue dejando que tu sonrisa ilumine el mundo, al menos el mio.
Oceànica sensació.

martes, 15 de mayo de 2018

Me puedes ver por dentro con sólo mirarme de frente.

Cuando era antes, hace unos lunes al Sol, cuando aquellas luces de invierno escribían mis días. Cuando me sentaba cara a cara con mis carencias y las tendía al sol de mis torturas emocionales.

Cuando vuelven los recuerdos de todo lo que puedo ser y no soy, cuando el afecto pasaba necesariamente por unas manos desnudas, por tonos ocres y noches a las seis y media de la tarde.

Fue entonces, en lo más profundo de mis entrañas, cuando tuve una seria discusión conmigo misma, de esas que revolotean a mi alrededor. Cuando sentí que mi ser no valía mucho más que un precipicio, un acomiadament y el tiempo. El Tiempo.

Cuando los estruendos me gritaban reacciones que no sentía, cuando el entorno me envolvía en abrazos que me vacían por dentro. Llueve.

 -Quiero poder sentir que siento, quiero querer noches de madrugada, ¡quiero mi barniz de Primavera!

Ahora.

Ahora vuelvo a cuestionarme, vuelvo a mirarme desde arriba. Yo aquí, en el suelo, extrañada y desnuda. Yo aquí, desde arriba, con hilos de cristal colgándome del alma y la sonrisa maquiavélica, hablándome con esa condescendencia que tanto odié. Todo lo que puede haber sido y no soy, todo lo que puedo hacer y no hago. Todo lo que DEBO hacer y no PUEDO.

No puedo. No puedo. No puedes.

Cuando salvar su piel supone más que entender mis silencios. Cuando las sensaciones externas pesan más que las súplicas invisibles. El voraz incendio. Mi voz dormida.
El estallido, los rallos y truenos brotando del hígado, escritos a sangre por el terror.

El terror. El miedo a no sentirla. El miedo a todos los abrazos perdidos en abismos de los lunares que escribieron el destino de mi vida, de nuestras esperanzas más íntimas y humanas. Del sueño de mi vida, del sentimiento más puro e inocente. "Que enfermé por desearte, por no poder tenerte, por amar demasiado." Jamás se ama demasiado, jamás un sentimiento en el mundo puede ser tan incalculable.

Tal vez todo se reduce a eso, al sentimiento más noble, más humano. Un secreto a voces, una carencia sentenciada grabada a fuego en los lunares. El atisbo de esperanza que hace a los individuos... Humanos.



"Lo que se derrumba me ayudó a construir, pero estoy agotado y te amo, vamos, únete a mi."
















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