Sigue dejando que tu sonrisa ilumine el mundo, al menos el mio.

Sigue dejando que tu sonrisa ilumine el mundo, al menos el mio.
Oceànica sensació.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Ser como eres.

Me sacas de quicio.
Me sacas de quicio cuando te oigo pedir permiso.
Me desesperas.
Me desesperas cuando permaneces impasible ahí, sin mirar a tu alrededor, sin cerciorarte de que no es solo tu mundo.
Me hartas.
Me hartas cuando se te llena la boca hablando de hipocresía, sin mirarte, sin buscar en el fondo de tu corazón para darte cuenta que realmente de que tú eres hipócrita.

Me enfadas.
Sobre todo eso, me enfadas. Me enfada tu forma de ser a veces. Me enfada tu capacidad de aguante. Que resistas y resistas todas y cada una de las cosas que te ordenan. Que asistas sin refunfuñar, sin plantearte otro modo de vida. Obviando me.
Me río de ti.
Me río de ti cuando dices que solo es eso en tu vida, que no hay nada más.
Te odio.
Te odio cuando veo que me sacas de quicio, cuando me desesperas, cuando estoy hartísima de ti, y sobre todo, te odio cuando me enfadas. Pero por encima de todas las cosas, te odio cuando no eres como quieres ser, y cuando no haces las cosas que quieres hacer.

Estas son solo las cosas que me hacen querer cerrar los ojos cuando las dices, que me hacen querer evadirme y viajar a un mundo mejor, más bonito, donde no te odio, donde eres como realmente quieres ser y no te dejas llevar por sus comentarios.

Debes odiarme. Debes odiarme por pensar estas cosas. Pero lo siento, lo hago, las pienso.

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