Sigue dejando que tu sonrisa ilumine el mundo, al menos el mio.
viernes, 23 de mayo de 2014
Calfred.
martes, 6 de mayo de 2014
Calimocho.
Tan sólo buscaba una buena excusa para publicar este poema. Tan solo es eso, una excusa. Sin dobles fondos, sin recuerdos olvidados ni estrellitas futuras. Siempre me encantó este poema.
No volveré siquiera la mirada
para mirar a la mujer amada...
Pero dímelo fuerte, de tal modo
que tu voz, como toque de llamada,
vibre hasta el más íntimo recodo
del ser, levante el alma de su lodo
y hiera el corazón como una espada.
Si tú me dices «¡ven!», todo lo dejo.
Llegaré a tu santuario casi viejo,
y al fulgor de la luz crepuscular;
mas he de compensarte mi retardo,
difundiéndome ¡Oh Cristo! ¡como un nardo
de perfume sutil, ante tu altar!"
Amado Nervo.
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