Sigue dejando que tu sonrisa ilumine el mundo, al menos el mio.

Sigue dejando que tu sonrisa ilumine el mundo, al menos el mio.
Oceànica sensació.

domingo, 15 de abril de 2012

Principio de incertidumbre.

A veces nos cuesta mucho dar el paso, ser el primero en decir eso que te mueres por decirle o en actuar, por el miedo. El gran enemigo. Ese miedo que hace que se nos encoja la tripa, que nos entren sudores fríos y que nos de por pensar de manera retorcida mil y una soluciones para no decirlo ni dar el paso, para no ser valiente y afrontar la realidad con sus ventajas e inconvenientes, para no llegar a conseguir lo que queremos, por miedo. Y surgen las dudas. Esas dudas que nos comen por dentro, esos "y si yo...", " y si tu...", "¿qué pensará?", "¿qué pasará?", y es entonces cuando el miedo vuelve al ataque, y terminamos diciendo cualquier tontería estúpida que se nos pase por la cabeza para disimular las ganas que tenemos de decir, de chillar todo lo que pensamos, y actuar, mirar al frente, sereno, y armado de coraje, y comernos el mundo. Craso error, pero es lo que sucede.
 A veces nos preocupa más la reacción que pueda tener la otra persona ante lo que vamos a decirle que lo que realmente queremos nosotros mismos. Tenemos miedo de que no reaccione como esperamos y todo termine por fastidiarse. Tenemos miedo de decirlo porque no estamos seguros de si queremos escuchar o no la respuesta, aunque estemos deseando saberla. Tenemos miedo a una respuesta negativa, a que no sea como nosotros pensamos. Pero a lo que más miedo tenemos a hacernos daño, a que nos hagan daño, a que unas simples palabras rompan nuestra sonrisa y hagan que nuestros ojos empiecen a brillar, y deseamos, en ese caso, no haber dicho nada, haber mantenido la boca cerrada. Por eso, muchas veces optamos por no decir nada, por reprimir nuestros sentimientos y los embotellamos para tirarlos al mar del olvido, y nunca, nunca decir nada, por ese estúpido miedo nuestro. Elegimos callar, no actuar, no dar pie a ningún tipo de respuesta porque no formulamos ningún tipo de comentario, simplemente callamos.
Me mata el silencio.
Cuantas veces hemos dejado pasar la oportunidad de ser felices por el miedo, el miedo a la incertidumbre. Nos entran las dudas, empezamos a darle mil vueltas a la cabeza valorando los pros y los contras, y casi siempre ganan los contras, por lo que decidimos guardar silencio. Y lo que podría haber sido algo maravilloso, simplemente se queda en eso, en lo que podría haber sido.

Me pueden las ganas. 

sábado, 14 de abril de 2012

Brindo por las primeras impresiones y las nuevas amistades.

Espero no equivocarme, sinceramente no quiero fallar con ésta primera impresión.  Tengo miedo, ¿sabes? Tengo miedo de decir todo lo que pienso y que sea la única que lo piensa. No puedo volver a fallar, no puedo volver a caer. El suelo está muy frío y ya nos conocemos demasiado. Creo que esta vez no voy a caer, creo que el suelo tendrá que esperar, espero que no nos volvamos a ver nunca, aunque ¿sabes qué? una vez le dije a alguien que el mejor estado de ánimo para mi era el de estar triste. Me expliqué diciéndole que así me aferraba a algo, a alguien, a un recuerdo que no quería olvidar. Pero me equivocaba, o eso creo. El mejor estado de ánimo es estar feliz, alegre, porque no tienes un recuerdo sino una realidad, porque no tienes que echar mano de la nostalgia porque estas viviendo el mejor del mundo, y nada ni nadie podría estropearlo. Todo va bien, todo funciona. Eso es lo que yo quiero, eso es lo que busco.

No quiero hablar de más, prefiero ver como van sucediendo las cosas... Tiempo al tiempo, tiempo genial. 

Brindo por esas primeras impresiones en las que no hace falta conocer a la persona para darte cuenta de que es genial, que te hace sentir tan bien que hace que la conozcas como de toda la vida. Brindo por las nuevas amistades que vienen cargadas de incógnitas y de buen rollo, son las mejores. Brindo por todas esas cosas que te hacen sentir bien, y por aquellas personas que te ayudan a conseguirlo. No hace falta nada más.

lunes, 2 de abril de 2012

Mi suerte y yo.

A veces creo que de tanto pensar en la suerte provoco el efecto contrario, y así tengo la suerte que tengo. Sinceramente no creo en la "suerte", en el sentido meramente de "tener buena suerte". Alguien en el cual confío plenamente me dijo que la suerte no existe, ni la buena ni la mala, que somos nosotros mismos los que labramos nuestro propio destino. Él me dijo que el positivismo atrae cosas buenas, y que el ser negativo sólo va a provocar que realmente las cosas salgan mal.
Pero es que a veces pienso sinceramente que algo no funciona, que debo de tener un imán que repele la "buena suerte" y sólo atrae que las cosas me salgan mal. Hay veces que me salen las cosas mal y ya ni me extraño, lo veo hasta normal en mi, y simplemente paso. Pero es que una vez, y otra, y otra y otra hacen que te baje la moral hasta límites insospechados. Lo pienso y paso, intento ser positiva y no dejarme afectar por esas tontería de la "suerte", y repetirme a mi misma una y mil veces que se pasará, que lo que me ha sucedido mal es una tontería y que no le de mayor importancia.
Pero me canso. Me canso de siempre tener que repetirme lo mismo, de ver que nada sale como yo espero.
La suerte juega en mi contra. Intento alcanzarla siendo positiva pensando "Venga María, no te rindas, no estés mal por una tontería. Tú eres fuerte y puedes con eso y más. No pierdas la partida" pero ella se ríe en mi cara, dándome a entender que no será la última vez, ni mucho menos, que tenga que repetírmelo.
Siempre que me voy a dormir estoy un rato dando vueltas en la cama, pensando en mil cosas, y entre ellas me digo a mi misma que al levantarme al día siguiente sonreiré de oreja a oreja y que todo se pasará. Pues bien, me levanto y lo hago, y además parece que funciona, pero luego pienso en mis problemas, en mis carencias, en el miedo, y termino cambiando esa estúpida sonrisa por otra, pero al revés.

Sinceramente, ahora mismo no estoy mal ni triste, la palabra adecuada es acostumbrada. Ahora pocas cosas me sorprenden y me hacen esbozar una sonrisa, pero no una sonrisa de compromiso, sino una auténtica sonrisa. La verdad es que 2012 no ha empezado muy bien para mi. Con lo bonito que fue el año pasado... En fin.

Una vez más voy a transmitirme mis palabras de ánimo,a  decirme que todo se pasa, y que tarde o temprano pasará la tormenta y saldrá la luz para iluminar el camino.Tarde o temprano...
 Ànim Marieta, que la vida és coratge i alegria. Que el camí et siga llarg i plé de llum i noves sendes.