Sigue dejando que tu sonrisa ilumine el mundo, al menos el mio.

Sigue dejando que tu sonrisa ilumine el mundo, al menos el mio.
Oceànica sensació.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Este año.

Este año creo que ha sido el mejor año de mi vida. Bueno, en realidad fue el mejor año de mi vida desde octubre de 2010 hasta junio de 2011.
Todavía recuerdo la primera vez que te vi... Alguien me comentó de tu existencia. Alguien me dijo que rondabas por aquí. Y me entró la curiosidad, la simpática curiosidad. Y todo comenzó...
Desde ese día de octubre, mi vida dio un cambio, el mejor cambio de mi vida hasta entonces, tu cambiaste mi vida por completo. Desde entonces, hemos tenido nuestros más y nuestros menos, pero yo vivía en una nueve. Con un monotema, con la misma palabra siempre en la boca, siempre, siempre, eras tú. Lo único que deseaba era volver a verte. Volver a ver esos ojos, volver a escuchar esa voz que me parecía tan dulce, simplemente te deseaba.  Deseaba que pasaras por delante de mi, y si no lo hacías ya iba yo a buscarte, solo para mirarte, para verte dos segundos, para decirte un simple hola, para escuchar tu voz que hacía que me derritiera al oírla, para que me vieras, para que supieras que existo.
No sabes lo mucho que te quería. No sabes las veces que soñaba con dejarlo todo, por ti, por los dos, por irnos juntos lejos de aquí, y no volver. Por empezar juntos en otro lugar, lejos de sus críticas que tanto te afectaban, pero que a mi me daban totalmente igual, porque hubiera hecho, cualquier cosa, lo que fuera, por ti. Te quise. Te quise tanto que me dolía, que lloraba por ti. Es un dolor tan inexplicable, tan personal. No te imaginas lo mucho que dolía. Es como si me acuchillaran, como si me mataran lentamente, pero no por fuera, es muy fácil matar por fuera, mi me matabas por dentro.
Cada vez, cada vez que te veía, mi mundo se desvanecía y solo existíamos tu y yo. Es como si toda la gente que estaba a nuestro alrededor se desvaneciera, desapareciera, y en un instante solo quedáramos tu y yo.
Tú y yo.
No sabes lo bien que sonaba en mi cabeza. Tú y yo. Lo he repetido tantas veces, que se quedó grabado en mi mente. Solos tu y yo.... Para siempre. Siempre lo repetía, siempre lo escribía, siempre. Siempre quise que fuéramos tú y yo.
Fueron tantas cosas, tantas cosas las que pasamos. Y yo, siempre provocaba al azar para que sucedieran más. Literalmente, no podía vivir sin ti. Iba a buscarte, fuera donde fuera, estuviera quien estuviera delante, yo hacía la tonta, la adolescente, la pava, para llamar tu atención, y eso te costó muy caro.
Supongo que para mi ha sido mejor que para ti. Aunque yo también he soportado mi presión, ¿sabes? Fue muy duro, para ambos. No me hacían nada de gracia sus comentarios, ni que to los contaras. No me hacía gracia que se metieran en mi vida, que vinieran a mi, a mi cara, a reprocharme cosas, con toda la cara, sin tener ningún tipo de pruebas. Les odie. Puede que tal vez te odiara a ti también. Pero me era imposible, porque te quería tanto, tanto, tanto, que nada jamás, nunca, hubiera sido suficiente para enfadarme contigo.
Y nuestra "historia" acabó... Después de todo el año. Después de todo lo que había pasado, de todo lo que vivimos... Me deprimí. No podía asumir que dejara de verte. No quise asumirlo. Pero el azar es caprichoso, y en verano nos vimos mucho, y menos mal. Tres meses enteros sin verte hubieran acabado conmigo. Antes.
Y todo cambió. Te olvidé. No sabes lo mucho que me costó olvidarte. Todo el tiempo en el que me repetía a mi misma que no valías la pena, que después de todo, me habías fallado. Me costó horrores. Pero lo conseguí. Y doy gracias, ¿sabes? ya era hora de olvidarte...

Ese es el resumen de mi año. Hasta que empecé la universidad. Al principio no noté mucho el cambio, era muy parecido a antes, pero ahora, ahora veo que merece la pena. Porque he encontrado a alguien que me encanta. Me hace reír, me hace sentir bien, me llena. Me gusta. Me gusta mucho. Me encanta. Quiero que sea el principio de la historia más bonita del mundo. Y lo conseguiremos. Ho conseguirem amor, perquè t´estime molt (L)

domingo, 4 de diciembre de 2011

Mi país de Nunca Jamás.

Es mi lugar favorito. Increíble, espectacular. Allí todo es diferente, nada es como aquí. Allí todo es bonito y no existe la palabra "tristeza" ni la la palabra "dolor" ni mucho menos, lo que comúnmente conocemos aquí como "guerra". Allí las noches duran todo lo que tú quieras que duren, y el sol sale cuando chasqueas los dedos. Allí no existe ningún tipo de dinero, la moneda de cambio es una gran sonrisa. Allí no existen los problemas. La gente vive en paz con todo el mundo. Respeto, gratitud y comprensión son palabras que definen sus calles. Todo es precioso. Las casas son de colores, cada una diferente a la anterior, con jardines preciosos llenos de flores de mil colores.En todas las entradas de las casas, hay un gran bol lleno de chucherías, con muchas gominolas de diferentes formas y colores. Por sus calles suena música, la banda sonora de tu vida, todas aquellas canciones que tanto te gustan, y que jamás te cansarás de escuchar. En las calles, todas las vallas publicitarias que hay son fotos, fotos con los recuerdos de tu vida. Esos que recuerdo que te hacen sentir mil y una emociones, esos recuerdos que te hacen volver a recordar ese tiempo, que te hacen transportarte a ese momento, vivirlo de nuevo, y volver a sonreír. Todo es tan divertido. Nunca te aburres, es imposible. Siempre encuentras algo interesante por hacer, alguna aventura por vivir.
Siempre he querido ir a este lugar, huir y solo regresar cuando me apetezca. Pero siempre me encuentro con el mismo problema, no sé cuándo ni dónde se coge el barco que me llevará hasta Nunca Jamás. No sé dónde comprar el billete de ida, y tampoco sé como volver. Algún día. Algún día...

jueves, 1 de diciembre de 2011

Ser como eres.

Me sacas de quicio.
Me sacas de quicio cuando te oigo pedir permiso.
Me desesperas.
Me desesperas cuando permaneces impasible ahí, sin mirar a tu alrededor, sin cerciorarte de que no es solo tu mundo.
Me hartas.
Me hartas cuando se te llena la boca hablando de hipocresía, sin mirarte, sin buscar en el fondo de tu corazón para darte cuenta que realmente de que tú eres hipócrita.

Me enfadas.
Sobre todo eso, me enfadas. Me enfada tu forma de ser a veces. Me enfada tu capacidad de aguante. Que resistas y resistas todas y cada una de las cosas que te ordenan. Que asistas sin refunfuñar, sin plantearte otro modo de vida. Obviando me.
Me río de ti.
Me río de ti cuando dices que solo es eso en tu vida, que no hay nada más.
Te odio.
Te odio cuando veo que me sacas de quicio, cuando me desesperas, cuando estoy hartísima de ti, y sobre todo, te odio cuando me enfadas. Pero por encima de todas las cosas, te odio cuando no eres como quieres ser, y cuando no haces las cosas que quieres hacer.

Estas son solo las cosas que me hacen querer cerrar los ojos cuando las dices, que me hacen querer evadirme y viajar a un mundo mejor, más bonito, donde no te odio, donde eres como realmente quieres ser y no te dejas llevar por sus comentarios.

Debes odiarme. Debes odiarme por pensar estas cosas. Pero lo siento, lo hago, las pienso.